Tú me pides que siga, que no rodeé y afronte, que dé de una vez con los pies en el suelo y la cabeza bien alta, siempre. Pero yo aún tengo ese viaje londinense de fondo, y en la escena principal a ese chico despeinado y algo interesante, con su I'm yours de melodía, con su sonrisa de acento. Luego seguimos y entre la tarde de risas y miradas, y las noches de locura y amistad, llegan las horas de insomnio en ese extraño salón, acompañadas de música de fondo pero que no es capaz de callar esos sueños sin cumplir que rondan mi cabeza, esas promesas con final interminable que acabaron con un final más que probable.
Después de todo, mientras los buenos amigos me daban ese abrazo de buenos días, y ellas seguían ese Olé cuando el Sol ya se adivinaba entre las cortinas de aquellas impresionantes vistas, mientras leía ese mensaje que te hacía sonreír sin motivo, yo era yo.
Pero a pesar de todo y de todos, decidí ser feliz y todo lo que lleva consigo.
Pd: lo siento por aquellos que habían decidido ordenar mi vida sin contar con que yo puedo cambiarla cuando me plazca, lo siento por aquellos en los que se fijan más en el qué dirán que en ellos mismos, lo siento por aquellos que no son capaces de afrontar lo que viene sin tener que esconderse.
