17 de febrero de 2013

Hoy le pido a mis sueños.

El Sol brilla cada día por encima de cada nube de algodón algo grisácea, por debajo del cielo plagado de estrellas, entre sueños persiguiendo estrellas fugaces, entre recuerdos vagando a merced de tiempo. 
Mientras paseaba por los últimos versos que me llevaban al final de la melodía de cada domingo de nostalgia, sueños y vida.. Me acordé de la última vez que juré ser feliz en esta vida, aquellos días en los que parece que lo bueno supera todo, que lo malo es tan lejano que sólo le toca al de al lado. Pero con la realidad nos damos de bruces cada noche, cuando las estrellas nos quitan las vendas de los ojos y nos enseñan que lo que más duele, es lo más importante; que para saber que se tiene, a veces realmente debes estar a punto de perder la sonrisa amarga de ser feliz; que el brillo de los ojos cuando estas a punto de llorar, a veces hay que ahogarlo entre abrazos y música; que somos más fuertes de lo que nunca habíamos imaginado.
Ir contra el viento, la marea, contra todo y ganar, superarse, ser feliz, cerrar ciclos y abrir nuevas puertas con los ojos cegados por tanto orgullo y lágrimas, pero con ganas de ser la próxima voz que grite al cielo cada anochecer cuando te sientas vacía y simplemente mires atrás.
Postdata: Después de bailar bajo la lluvia y de gritarle al Sol que hoy quieres brillar más, toca disfrutar del olor a mojado después de la lluvia.