Desde Londres hasta París, pasando por mi pequeña sonrisa y rodeando las rutinas de cada día; llego a eso que llaman vida y amor, yo prefiero sonrisa eterna.
Ahora estoy tocada, hundida, y algo mojada de tanta lágrima, de tanto suelo, de tantas fuerzas para levantarme cada día. Hoy no temo más que a no saber vivir cada día, mis días, nuestra vida, nuestros sueños, todos sinónimos.
Sonrisas amargas y miradas pequeñas; palabras de ánimo y noches de desaliento; vida dura y sueños dulces; dedos entrelazados y compromiso presente, vivir.
Pd. Ya no tengo ganas ni de posdatas ni de llorar, tengo ganas de decir que esto simplemente no tendrá fin:)
Acabo de encontrar tu blog, y enhorabuena. Me encanta, enserio. Y como escribes también, muacks ;)
ResponderEliminar